Aprendemos a ver igual que aprendemos a caminar. Al nacer, el niño dispone de un sistema visual inmaduro pero preparado para adquirir un rápido y complejo desarrollo, con una gran avidez para recoger, asimilar y responder a los estímulos.
A lo largo de los primeros 6 años de vida, la visión infantil adquiere su máximo desarrollo físico y neurológico a la vez que consolida su propio esquema de comportamiento visual. El desarrollo de la lateralidad y su proyección en el espacio, esto es, la capacidad de asumir donde está la derecha y la izquierda, donde es arriba y abajo, delante y detrás, así como la coordinación ojo-mano, son fundamentales para la realización plena del sistema.
De los 6 a los 12 años es una etapa de madurez. La capacidad de seguir sin dificultad un objeto en movimiento, de calcular distancias o de disponer de una buena memoria visual, por ejemplo, son habilidades que se irán consolidando.
El desarrollo integral del niño depende del desarrollo de su visión. La visión está experimentando cambios durante toda su vida y debe revisarse anualmente desde el nacimiento hasta los 25 años.
VISIÓN Y APRENDIZAJE
¿Recuerda usted cuando era niño y le hacían un control de la vista con el grafico que tenía una letra E grande? Este grafico se sigue utilizando de los controles de la visión realizados en la escuela a pesar de que, en general, solo se detecta entre un 20 y un 30% de los problemas de la visión que tienen los niños. Por ejemplo, este control puede detectar si el niño puede ver el pizarrón pero no si puede leer un libro.
Estos problemas no detectados en la visión pueden inducir dificultades en el aprendizaje e impedir que el niño disfrute de la lectura. El 80%del aprendizaje que realiza un niño durante los primeros 12 años depende de la visión y los problemas visuales de un niño pueden originar retrasos en el aprendizaje.
El control visual se debe incorporar a la lista de necesidades que debe realizar el niño antes de iniciar el año escolar.
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